martes, 31 de agosto de 2010

Toca guitarra mía.


Toca guitarra mía.


Por: Anselmo Bautista.

Sentado con mi guitarra toco una melodía sin sentido que en mi alma apesadumbrada encuentran buen asilo. Miro hacia atrás un tiempo ya lejano, embadurnado de dolor y conmiseraciones. ¿Dónde están los sueños que volaron como águilas a un cielo claro? ¿Dónde está el destino que me deparaba a tu lado? Encanto abrumado que el tiempo ha coartado.

He dejado entrar a la intrusa que de este corazón tuyo se ha adueñado. ¿Para olvidarte? Confieso que en mis intentos he fracasado capturando una que otra ilusión para sobrevivir como esta melancólica canción que de mi alma brota sin hallar más que insípidas notas. ¿Qué me hace poseer un maldito corazón que calcina con dolor amargo cualquier acorde a la razón?

¿Dónde estás tú que no te veo? Aún existes porque te recuerdo. ¡Desaparece aunque me hagas falta! Toca, toca guitarra mía y sácala de aquí que mis canciones no han de ser de ella ni mis pensamientos hasta el fin. Arráncame su cuerpo de mi piel con tu melodía triste hasta que me hagas llorar y cada lágrima que ruede ahogue su sonrisa y su perfume en altamar.


Sí, ya lo sé. Como siempre tienes la razón. Acaba ya con la última nota para acabar yo con mi dolor. Y aquí nos vemos otro día para echarnos esta misma canción.


 
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El Origen del Mundo. Premio Bicentenario de Novela.

El Origen del Mundo. Premio Bicentenario de Novela.

‘El origen del mundo', del escritor colombiano Gustavo Arango, resultó ser la obra ganadora del Premio 'B' Bicentenario de Novela 2010.

Organizado por Ediciones B, dicha novela se premiará con la publicación de la misma y será presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) , en noviembre próximo, informaron autoridades de esa casa editora.

En rueda de prensa, Tomás Granados Salinas y Mario González Suárez, miembros del jurado, aseguraron que se trata de una obra que tiene un gran potencial, y que cuenta con dos ejes centrales: la admiración por la mujer y por la escritura.

Indicaron que en la convocatoria que se cerró el pasado 15 de junio, se recibieron un total de 51 novelas, de las cuales nueve fueron seleccionados para la etapa final.

La obra cuenta la historia de un profesor de literatura de nombre Magnífico Delgado, quien ofrece un taller de narrativa en una universidad de los Estados Unidos, en verano.

Este taller representa la ocasión para ver a mujeres escribiendo y su gran deleite es observar la reacción de sus alumnas mientras escriben. A partir del planteamiento de la clase, el profesor muestra lo mismo que está escribiendo.

Por separado, González Suárez indicó que la novela ganadora fue una de las que tuvo mayor congruencia y una idea, 'que es sostenida a lo largo de sus páginas'.

'A mi modo de ver tiene una prosa original, momentos en los que hace metáforas e imágenes muy singulares. Es una prosa que se deja vencer por la imagen poética', afirmó.

Al respecto, Granados Salinas refirió que 'El origen del mundo' es una novela que respeta sus propias líneas y las lleva hasta las últimas consecuencias.

'Es un trabajo en el que yo encuentro que tenía el mejor oficio literario; no sólo se cuenta una historia, sino tres más y con mucha solvencia literaria y puntualidad', indicó.

Sobre el resto de los trabajos no ganadores, aseguraron que se trata de novelas históricas, experimentales, con realismo mágico y otras de carácter testimonial o documental.

Por lo que hace el premio, ambos escritores salieron a defender el hecho de que no se otorgue un estímulo económico.

'No será un premio en metal o dinero, sino que el gran logro será las publicación de la obra y alcanzar los mercados que toca Ediciones B', dijo Granados Salinas.

A pesar de ser un premio Bicentenario y reconocer un galardón que no tuvo nada qué ver con ese tema, Carlos Graef, director de Ediciones B, indicó que el premio lleva el título de la casa editora que dirige.

'Lo hicimos porque Ediciones B, se escribe con B de Bicentenario y es colindante con los festejos. Dudamos a la hora de establecer las bases de la celebración del concurso, pero le pusimos Bicentenario por la B de Ediciones de B, sabemos que no es un concurso con los personajes del Bicentenario, sino decidimos que fuera abierta a la novela', dijo.

Anunció que la casa editora a su cargo inicia una nueva etapa al producir 'más y mejores libros' y agregó que 'muy pronto vamos a competir con las grandes'.

Acompañado de la escritora Guadalupe Loaeza adelantó que el próximo año publicaremos más libros mexicanos, pero con distintos autores, ya sean nacionales o extranjeros.

Dicha novela se premiará con la publicación de la misma y será presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) en noviembre próximo, informaron autoridades de esa casa editora.



Editamos, publicamos y vendemos tu libro.




IV Caza de Letras de la UNAM

La Coordinación
de Difusión Cultural de la UNAM

a través de la Dirección
de Literatura

convoca al


Cuarto
Virtuality
Literario Caza de Letras


www.cazadeletras.unam.mx

Caza de Letras es
un Concurso-Taller de minificción en línea, internacional,
que será dirigido por tres escritores, que también se desempeñarán
como jurado, durante seis semanas

BASES:


Primera etapa. Registro

Del
lunes 30 de agosto al lunes 13 de septiembre
de 2010


  1. Podrán participar escritores
    en lengua española con un libro de minificciones en proceso.
  2. Los participantes (no ganadores)
    de las anteriores emisiones del Virtuality Literario Caza de
    Letras podrán concursar nuevamente siempre y cuando utilicen seudónimo
    e imagen de identificación (ex libris) diferentes.
  3. No podrán participar escritores
    que tengan parentesco directo ni relación laboral con los organizadores.
  4. El registro de aspirantes
    quedará abierto del lunes 30 de agosto al lunes 13 de septiembre de
    2010 en la página
    www.cazadeletras.unam.mx
  5. Los autores deberán llenar
    una ficha de registro con los datos siguientes:


      1. Seudónimo
      2. Nombre
      3. Nacionalidad
      4. Tipo y número de documento
        oficial de identidad
      5. Dirección
      6. Teléfono(s)
      7. Correo electrónico



  1. El registro también incluirá
    la información siguiente:


      1. Una breve semblanza curricular.
      2. Al menos tres referencias
        biblio-hemerográficas de publicaciones de textos literarios de su autoría
        (libros individuales y/o colectivos, reseñas, ensayos, cuentos, minificciones,
        poemas, artículos en periódicos o revistas, textos incluidos en antologías
        de cualquier género literario; se contarán antologías y revistas
        en internet).
      3. Título y descripción del
        libro de minificciones en proceso.
      4. Un libro de minificciones
        en proceso, inédito*. La extensión mínima debe ser de 50 minificciones,
        cada una de las cuales no debe exceder los 2 600 caracteres con espacios.
        El material deberá entregarse en formato Word (.doc) con tipografía
        Courier de 12 puntos a doble espacio.



*Las minificciones
pueden haber sido publicadas individualmente
en medios impresos o electrónicos pero el libro solicitado debe ser
inédito y no estar inscrito en otro concurso ni en proceso de dictamen
editorial.


Segunda etapa. Selección


Desde el inicio del registro
hasta el miércoles 22 de septiembre de 2010



  1. Un comité dictaminador
    elegirá a los ocho participantes del concurso-taller.
  2. La Dirección de Literatura
    dará a conocer oportunamente los seudónimos de los participantes.
  3. Antes del inicio del concurso,
    los autores seleccionados deberán entregar o enviar a la Dirección
    de Literatura de la UNAM una carta en la que el participante manifieste
    que su libro no está inscrito en otro certamen literario o en dictamen
    editorial, así como copia impresa o digital del documento de identidad
    que haya utilizado para el registro.



Tercera etapa. Desarrollo


Del
martes 5 de octubre al martes 16 de
noviembre de 2010

  1. Los escritores seleccionados
    recibirán una cuenta de blog ligada al portal
    www.cazadeletras.unam.mx, en la cual se identificarán únicamente
    con seudónimo y ex libris.
  2. Cada concursante trabajará
    a través del Blog Taller con los miembros del jurado.
  3. Durante las seis semanas
    del concurso, los participantes deberán publicar los ejercicios solicitados
    por el jurado en su respectivo blog.
  4. Cada participante deberá
    responder en línea, oportuna y públicamente, las dudas y comentarios
    tanto de los miembros del jurado como de los lectores de sus textos
    y ejercicios, sin estar obligados a dar respuesta a ofensas o invectivas.
  5. El desempeño de los participantes
    será evaluado semanalmente con base en una tabla de puntuación que
    reflejará las votaciones del jurado y los lectores.
  6. El jurado estará compuesto
    por tres escritores de trayectoria reconocida.
  7. El jurado tendrá la facultad
    inapelable de eliminar a quien considere pertinente.
  8. El fallo del jurado será
    inapelable.
  9. El ganador recibirá un
    premio único de $ 100 000.00 pesos M.N. y la publicación del libro
    en coedición UNAM/Alfaguara.
  10. Cualquier punto no contemplado
    en la presente convocatoria será resuelto por el jurado y los organizadores.





"POR MI RAZA HABLARÁ
EL ESPíRITU"

Ciudad Universitaria,
a 30 de agosto de 2010

Editamos, publicamos y vendemos tu libro. Visítanos: http://editorialatreyo.yolasite.com

lunes, 30 de agosto de 2010

La Leyenda Maya de K'uh

Ebook $47.00 mnx

 
LA LEYENDA MAYA DE K’UH
Los Guerreros de Jade y Ocre
Una obra de
Ian J. Keller


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·         Viva la aventura de esta magnífica obra de sagacidad narrativa.
·         Encontrará personajes insólitos, fantásticos en mundos milenarios y futuristas.
·         Conozca la leyenda que ha trascendido la lógica lineal del tiempo con dioses y Divinidades mayas y aztecas, batallas milenarias, guerreros de élite.
·         Descubra lo que amenaza al mundo entero y cómo es que los Guerreros de
Jade y Ocre enfrentan a las fuerzas malignas del Xibalbá.
Esta es una aventura para lectores intrépidos que quieran sorprenderse.




Ian J. Keller, escritor mexicano, es Ingeniero en Sistemas y apasionado lector de ciencia ficción, fantasía y horror.  
Desde muy temprana edad descubrió el placer de la escritura.
Diez años atrás comenzó a escribir las primeras páginas de este libro para afinar los últimos párrafos hasta hace menos de un año, con el cual inicia la saga de La Leyenda Maya de K’uh.







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domingo, 29 de agosto de 2010

"El Unicornio" de Juan Emar



De "El Unicornio" de Juan Emar
(Santiago de Chile 1893 - 1964)


El unicornio no se domestica. Cuando divisa al hombre se volatiliza todo él, salvo su cuerno que cae a tierra y queda recto sobre ella. Luego echa hojas dentadas y frutos encarnados. Se le conoce entonces con  el nombre de El Árbol de la Quietud. Sus frutos, mezclados con la leche, son el más violento veneno para las muchachas en flor. Esto, Marcel Proust lo ignoraba. De haberlo sabido, se hubiese evitado varios volúmenes. Las muchachas muertas así no se descomponen. Quedan marmóreas hasta la eternidad. El hombre que las contempla en su mármol pierde parasiempre todo interés por toda muchacha que hable, respire y se traslade en el espacio.
Kepa Uriberri, escritor Chileno.
Colabora con sus textos en el foro Orbispress, Peregrinos y sus Letras, la revista cultural Culturadoor y, amablemente, en nuestro blog de atreyo.

Leyendo... leyendo



Leyendo... leyendo

Un lector tolerante debe ser aquel que puede, casi siempre, ir más allá de la página cuarenta o setenta de cualquier libro, y seguir leyendo, a pesar de todo, hasta el final. Si se acepta esta definición, podría calificarme, al menos, como lector tolerante. Claro está que un lector tolerante corre el riesgo de no ser un buen lector en términos de la selección de libros que lee y puede ser un traga aventuras y superventas. Un peor riesgo es ser un lector de bodrios y vivir leyendo porquerías. También habrá que tener cuidado con el lector selectivo, que puede posar de tolerante, pero que sólo lo es en razón del prejuicio en el momento de elegir. Por ejemplo, si sólo leo autores clásicos y muy selectos, no será nada de difícil ser tolerante. Tolerar a Chejov, Tolstoi, Balzac, Flaubert, Poe, Melville, sólo llegar hasta Günter Grass, García Márquez, leer cuidadosamente a Fawlkner y no pasar de esos límites nos asegura la tolerancia. Pero otra cosa distinta es ser tolerante con autores difíciles como Joyce y su mamotrético Ulises, o con Borges si se odia la metafísica. Más difícil si leemos a Kundera o Gombrowicz y también a Coetzee o Elfriede Jelinek, e incluso algunas cosas del incomparable Franz Kafka.
Me considero, con todo, un lector tolerante, aunque debo confesar que tengo sobre mi escritorio y también en mi computador portátil el Ulises de James Joyce al que llevo leyendo unos tres años a sorbitos breves. Es una especie de combate que no deseo perder. Entretanto leo otras cosas. De repente cuando quiero evadirme de escribir, paso tres, cinco, diez páginas con Dedalus. Incluso llegué a leer, hasta con cierto interés, entre retazos del Ulises, el Retrato del artista adolescente y concluí que de joven el personaje me es algo más interesante, a pesar de sus muy aburridas clases de religión. Otro pecado, reparado recientemente, fueron Los Premios de Julio Cortázar. Intenté leerlo hace unos veinticinco años y llegué hasta que el Malcom ancla frente a Quilmes. Ahí me desembarqué y el libro envejeció y se ajó hasta que sus páginas, ya amarillas, comenzaron a soltar polvillo y aroma a papel viejo; entonces, quizás más maduro, y por eso más tolerante, comencé a leerlo de nuevo. Esta vez hice todo el frustrado viaje e incluso descubrí que esta fue la primera novela del autor. La escribió como una manera de ponerse a prueba, pues no estaba seguro de ser capaz de escribir una novela. Requiere de tolerancia: La novela aparte de ser un cuento largo, no dice nada.
La gran ola - Kanagawa de HokusaiRecibo de regalo la tercera novela de la trilogía "Historia de una absolución familiar" de Germán Marín. Está compuesta por las novelas, que no he leído, Círculo Vicioso, Las Cien águilas y por la que recibí dedicada por otro aficionado a la literatura: "La ola muerta". Germán Marín (quizás de ahí parte el regalo), es uno de los candidatos al premio nacional de literatura, que este año corresponde otorgar a un narrador (curiosidades del protocolo del premio, que se entrega cada dos años, alternando en cada versión sucesiva un poeto y luego un narrador ). Quien me regala el libro, me escribe en la primera hoja: "... ojalá no tengas este inicio de la trilogía de este otro aficionado". Reconozco el pecado de no haber conocido al autor, quizás por eso de que «Nadie es profeta en su tierra». En el curso de la lectura disolví ese cargo de conciencia, de evitar a los coterráneos, que también me acompañó durante un tiempo con Bolaño, que nunca obtuvo el premio nacional de literatura, quizás por demasiado joven. Marín en "La ola muerta" menciona, varias veces, aunque sin dar nombres dentro de su quehacer, estar editando alguna novela, siempre muy deficiente, de algún chilenito. En nuestro país casi nunca estimamos las profecías ajenas y cultivamos con dedicación el refrán. La discriminación persistente del autor, me absolvió de la culpa de no haberlo leído ni conocido antes.
Me preguntaba, al comenzar esta lectura, que recién termino: ¿Por qué la dedicatoria del regalo lo calificaba como "este otro aficionado"?. Atravesando la lectura fui confirmando la opinión en diversos aspectos. Se supone que el autor es editor. Más aún, es el editor de su propia obra, y más todavía, critica en más de una ocasión la escritura de otros en sus diversos aspectos, pero en su ola muerta no es difícil encontrar fallas de edición, tan básicas como la ortografía. Lo descubro bastante enemigo de las haches iniciales, como en "oradar" una gota la piedra y otras. A mi, personalmente, me molestan como chirrido de pizarrón los dequeísmos en que incurre, erróneamente, con demasiada frecuencia. También resulta extraño que el protagonista del pasado (de su mismo nombre, o más, de su mismo yo) diga en mil novecientos cincuenta y siete: «Ser escritor, qué risa, parecerme, por ejemplo, a Enrique Lafourcade», que en aquel entonces era todavía muy desconocido: ¿Será descuido?.
Fragmento de La gran ola - Kanagawa de Hokusai"La ola muerta" fue una lectura tolerante. Un crítico de poca monta pretendía impugnar como candidata al premio nacional a una conocida autora, quizás la más conocida de los candidatos a nivel universal; porque él nunca había leído más allá de la página cuarenta alguna de sus obras (¡cuánta pretensión! ¿y si la genialidad de la autora comienza en la página cuarenta y uno?). Si fuera ese crítico, no habría superado la página treinta y cinco, y habría retirado la candidatura de Germán Marín. No obstante, no me arrepiento, con todo, y a pesar de pasajes tediosos, que quizás lo van haciendo merecedor del calificativo de "este otro aficionado", de haberla leído completa. La novela, como ya dije, es parte de una trilogía. A la vez está estructurada sobre tres ejes (¡Qué raro! ¿no?. ¿Tendrá alguna cábala el autor con el tres?. Y me pregunto, ¿por qué la gente gusta de las trilogías? ¿por qué no dilogías o pentalogías?). Los tres ejes de la estructura de la novela son: El autor narrador, el protagonista narrador y el editor. Curioso artilugio en la estructura de la novela, que de esta forma más parece casi un artefacto que una obra literaria. Comienzo por aclarar que el editor Venzano Torres no es más que un escondrijo ficticio del autor y protagonista. Es decir los tres ejes de la novela son tres visiones de Marín. Esta sería como una trinidad dentro de la trilogía, constituida por el Autor (padre trino), el Protagonista (su hijo trino) y el Editor que articula el amor infinito entre el Autor y el Protagonista, dando forma de obra literaria al trabajo de los otros dos. ¿Será una reminisencia subconsciente de su educación jesuítica temprana?. No lo sé. Si me quedara sólo con la estructura de la novela, ya tendría que aceptar que hay un desafío más experimental que intelectual o literario, pero que podría justificar su emprendimiento. Si Cortázar escribió "Los premios" como un experimento por ver si era capaz de escribir una novela y fue, incluso, apadrinado por Borges: ¿Por qué habría de negar mérito a este experimento, mucho más osado, cuando menos, e incluso más interesante como tal? Pero voy por partes. El desarrollo de la novela va trenzando las tres miradas que la componen. El lector se va encontrando, en la secuencia de lectura con la historia del protagonista que es interrumpida y comentada en el diario del autor, a la vez que ambas van articulándose en las notas, abundantes, del editor. En la parte del autor, el diario que da cuenta de los acontecimientos que acompañan la creación de la historia del protagonista narrador de pronto, más que referirse a la creación del relato, va devanando el aburrimiento del autor que parece estar varado en Barcelona, más que establecido ahí. De este modo, terminamos asistiendo a dos historias paralelas, separadas por el tiempo: Una que no va a ninguna parte y otra que tampoco; aunque la segunda, la del protagonista narrador parece estar en el borde de punta de la ola muerta, porque a ratos intenta alcanzar algún destino, sin llegar a lograrlo. Como sea la gran masa muerta de la ola, y la fuerza poética de la imagen del título se sostiene por el diario del autor. Da la impresión que Marín es un desarraigado, empujado por la ola del exilio, del que nunca se repone. Quizás, más aun, lo carga con un desapego de la tierra madre que se ve sembrado en la historia del protagonista, que se autoexilia en Buenos Aires, empujado por su insatisfacción existencial; quizás la misma que arrastra hasta Barcelona. A ratos es como si la historia de Marín fuera el preludio de la historia de Marín. Quizás hacia el final de la novela el autor se da cuenta de esto y decide llamar a esta novela "La ola muerta". Sin embargo, leyendo la narración de esa historia, en la segunda instancia de la obra, que es la médula de la novela, da la impresión que el desapego es más fuerte que el desarraigo. El protagonista se va del país sin que lo echen y vuelve sin invitación. Le resulta necesario. El retorno es producto de una segunda huida. En el diario del autor con frecuencia se agrede a personas, hechos y situaciones por el sólo expediente de estar atadas al país del cual el autor huye;Fragmento de La gran ola - Kanagawa de Hokusai una vez huyendo de sí mismo y otra huyendo de las circunstancias, como si su sino fuera siempre huir y no hacerlo es considerado una limitación torpe. Al huir, Marín, siempre se establece en algún limbo. Lo mismo el autor que el narrador protagonista; el primero reconoce ser quince años turista en Barcelona, mientras el segundo se queda contra su proyecto de llegar a Europa, en Buenos Aires. Pareciera que de pronto los lugares lo atraparan. Haciendo analogías entre los polos de esta trinidad, veo al protagonista escapando del padre poderoso, que posee el poder no por ganarlo, sino por la fuerza del abuso: Fue puesto en el sitio patriarcal sin consentimiento del hijo quien es contraparte de dicho poder. Otro tanto sucede con el autor, que escapa del poder de la dictadura, en cuya génesis no participa y es también abusiva. No obstante, no es claro que una situación sea una alegoría de la otra, del mismo modo que no veo claro que el autor utilice la obra como una manera de criticar a la izquierda política que lo empuja a la segunda huida. No me parece una obra sobre política, ni sobre el golpe militar, ni sobre el exilio, aun cuando a ratos el autor, desde su aburrimiento muestre una visión muy diferente a la tradicional de la izquierda, arañando de esa manera el prestigio cultivado por esta, en el exilio y en la imagen de la dictadura y del gobierno de la Unidad Popular de Allende. Pero sus opiniones sólo atañen a su visión personal, en un plano no ideológico. Quienes lo vean de otro modo, creo que yerran, por una cuestión casi costumbrista: Todo chileno exiliado, intelectual o artista, enfoca su acción al plano político. En Marín no es verdad, o bien lo hace muy mal, si es que estoy equivocado.
Junto con la narración de la huida a Buenos Aires y el diario que da cuenta de la construcción de ese relato, hay un tercer eje articulador de estos otros, donde el autor se oculta en el editor Venzano Torres. Al comenzar la lectura llama la atención la insistente introducción de Venzano Torres y los editores. A lo largo de toda la obra, después, el lector se va acostumbrando a los llamados del editor, que va comentando, tanto el diario como el relato, o lo va complementando con supuestas confesiones del autor. Entre estas notas por supuesto hay llamadas aclaratorias de expresiones coloquiales del lunfardo, o de chilenismos y más. Al comienzo parecen sólo eso; pero a poco leer, se puede calibrar con claridad su peso específico como parte de la novela, aun cuando se podrían ignorar. Sin embargo, si así se hiciera, el sabor de la novela sería otro.
"La ola muerta" está editada por Sudamericana y es una novela que vale la pena ser leída por quienes se mueven en el entorno literario. El esquema que plantea el autor tiene el mérito de no ser una jugada audaz por ser distinto. ¡Hay tanto innovador que innova por ser notorio, sin sentido ni razón! En esta novela, la jugada está bien calculada, bien hecha. Los tres ejes de la novela convergen en "La ola muerta", que se va formando lentamente a lo largo del texto. Ya al final, quizás en su apogeo, el autor anuncia que la novela está concluida. Entonces uno busca la última página y recién se da cuenta que hasta el final hay casi veinticinco páginas de notas del editor. También diez más antes del término del texto. Marín concluye la novela por decreto, así: «He resuelto dejar la novela hasta aquí junto con la decisión, asumida hoy, de viajar a Chile próximamente, y tal vez es lo mejor que puedo hacer». Fragmento de La gran ola - Kanagawa de HokusaiEl texto de la obra sigue, aunque ya no es la novela, ¿o si?. Son retazos del diario del autor, al menos. El doce de febrero, en el fragmento doscientos noventa y seis, concluye la obra, quizás con un capricho citado al pasar en alguna parte, que sostiene que envidia a Fawlkner y alguien más, porque no describen, sino que hacen sentir al lector inmerso en lo narrado; entonces adopta un tono poético diferente y a partir de una escena de una película a la que asiste en el cine Céntrico, va abriendo la imagen hacia el río Imperial, al sur de Chile, en el que navega el ferryboat American Boy, descrito en la novela "Círculo vicioso", primera de la trilogía, como una forma de cerrar el círculo con una escena que en la última nota del editor Venzano Torres, explica que simbolizaría el destino común, en la muerte, de todos los personajes que navegan a bordo del barco y formaron parte de las tres novelas de la trilogía. Este último fragmento esta cargado de romanticismo a través de un tono bucólico que logra llevar al lector al cine, con pantalla grande, con escena final majestuosa, con ancho río en el que se aleja el barquito, rumbo a perderse en el horizonte. Se ven en su cubierta los personajes que el autor fue mencionando en la novela, se oye el murmullo de sus diálogos, sin llegar a oírse lo que dicen: Se van.
Kepa Uriberri
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También http://kepa.tcmsoft.com

Kepa Uriberri, escritor Chileno.
Colabora con sus textos en el foro Orbispress, Peregrinos y sus Letras, la revista cultural Culturadoor y, amablemente, en nuestro blog de atreyo.

El acuerdo social se construye sólo muy lentamente



El acuerdo social se construye sólo muy lentamente

«L'État, c'est moi»: ¡Cuánto poder real habrá acumulado "Le roy soleil" en su mano, en su palabra, en su voluntad, para que haya dicho la frase en cuestión, o la haya sugerido! Es tan fuerte ese poder que su figura ha quedado indeleblemente asociada al significado de ésta. Se requiere, para ello, un acuerdo tan fuerte de cesión de derechos, voluntario u obligado, en forma de abuso gracioso, para que una sociedad entera fuera incapaz, incluso más allá de su muerte de oponerse a ese poder, que sólo pudo contrapesar una de las revoluciones más trascendentes de la historia moderna, casi ochenta años después de su deceso. En fin, esto sólo demuestra que la construcción de acuerdos sociales se produce muy lentamente.
¿Cuanto demoró el degradado imperio ruso en caer despedazado en la revolución de octubre? Quien haya leído Ana Karenina de Tolstoi, o Los hermanos Karamazov de Dostoievski, podrá ver que la sociedad rusa estaba ya corrompida, para la década de los setenta del siglo diez y nueve, hacía un buen tiempo. Ambas novelas y muchas otras, incluso anteriores, lo advierten ya en su prosa.
A veces resulta ilusorio el empeño de algunos que pretenden cambios inmediatos a través de protestas y acciones de presión que llegan incluso a la violencia. Los acuerdos sociales nunca son fruto de una manifestación o de un golpe violento y conciso. Ni siquiera los golpes de estado dictatoriales de extrema fuerza lo logran. Estos sólo reprimen y retardan discusiones que a la largan vuelven a surgir su curso hasta su maduración definitiva. Quisiera poner un ejemplo que puede escandalizar a algunos y que hace algún tiempo pudo escandalizar a muchos: Hace algunos días un científico, en un laboratorio logró producir vida de modo totalmente artificial. La noticia pasó sin casi ninguna notoriedad. Hace un par de décadas, posiblemente habría producido graves discusiones en el ámbito ético y moral. A partir de este hecho, sin duda ninguna, vendrá el momento en que  la ciencia devenga a la producción de seres humanos perfectamente programados, y empuje lentamente a la sociedad a la legislación de acuerdos, hasta que el hecho sea una forma cotidiana de reproducción asexuada y cómoda. ¿Por qué no? ¿No será, acaso, un solución para quienes no pueden procrear naturalmente? ¿No permitirá, por fin, el añorado anhelo humano de separar el placer del sexo de la cuestión reproductiva? Será, por fin, el punto de inflexión que permita alcanzar, a la mujer, la plenitud de sus derechos reproductivos y quizás si zanje, de modo definitivo, la discusión sobre el aborto y la contracepción.
La sociedad actual no lo aceptaría porque no hay un lento proceso de entendimiento, proposición, escándalo, discusión, adopción de facto y legislación. Cada proceso social sigue esta trayectoria, lentamente, como un curso de agua más o menos torrentoso o calmo, dependiendo de cada caso. ¿Quién pudo adelantar que la familia humana terminaría fragmentada, desvirtuada y marginada de los procesos legales, para asirse a la decisión libre de sus miembros? En mi país, a modo de ejemplo, en un año, los matrimonios celebrados decayeron a un cincuenta por ciento, sin embargo, las uniones de hecho, aumentaron en más que el crecimiento vegetativo de la población. La permanencia de la estructura familiar tradicional ha decaído violentamente. Recuerdo, de niño, haber recibido la reticencia de mis padres respecto de amigos, hijos de padres separados, mientras hoy, muchos niños nunca han tenido una familia formal. ¿Cuándo cambiaron estas costumbres?: Lo hicieron muy lentamente en el tiempo, tanto que de pronto, sin darnos cuenta, hay otras nuevas, que se aceptan con naturalidad. En algún momento sucedió y fue necesario decantar la nueva costumbre en normas sociales: Ley de divorcio, legitimación de hijos, protección y más. El matrimonio, en tanto, lentamente se extiende como un anhelo de parejas homosexuales, que poco a poco van ganando terreno en este sentido.
Me reconozco un decidido defensor de la vida. Siento que el aborto es una aberración criminal. Sin embargo es un hecho social que lentamente va superando el entendimiento, ha estado plenamente instalado en la fase propositiva, promoviendo sus necesarios escándalos y discusiones. Muchos lo van adoptando de facto y hay sociedades que ya lo han reconocido como una cuestión que requiere legislación. Particularmente, yo mismo, he llegado a reconocerlo como un sentimiento personal sostenible, pero jamás defendible como un absoluto. Lo mismo sucedió antes con el divorcio, sucederá con la eutanasia y la eugenesia, quizás también con derechos que hoy nos parezcan tan absurdos como el del suicidio y quizás otros más sorprendentes. Una gran cantidad de estos procesos resultan calmosos, es decir, que no mueven pasiones tormentosas. Otros sí. En general aquellos que resultan en situaciones colectivas, suelen derivar en su proceso natural de aceptación y adopción en procesos violentos y revolucionarios, como son las formas de administrar el poder, de distribuir los bienes y otros. En la reflexión sobre el devenir de los acuerdos sociales, de las más diversas índoles, ya sea éticos, morales, económicos, o políticos, en un proceso tan largo como la vida completa, he llegado a encontrar la necesidad total de tolerancia, que reconozco cuesta asumir, como para aceptar todo como posible acuerdo de las sociedades, como acuerdo respetable. Quizás el esfuerzo de comprender que muchos piensen y practiquen costumbres diferentes, que pueden parecer inaceptables por liberales o conservadoras, por radicales o relativistas, me lleve a pensar, en lo posible y con esfuerzo, desde una equidistancia necesaria para el respeto. Al analizar, sin pasión, los procesos sociales me parece verlos construidos a base de tupidas redes de pequeñas fuerzas virtuales que empujan y tiran de frágiles acuerdos, logrando pequeños desplazamientos de ellos en uno u otro sentido. La componente final de todos esos pequeños esfuerzos y todos esos desplazamientos virtuales es el gran acuerdo social, nunca estático, siempre variable, pero muchas veces más rígido que lo que tantos quisieran. Ese vector definitivo de cada instante, apunta en el sentido del avance social y permite avistar su proyección.
Una parte, quizás sustantiva, del esfuerzo que mueve y acelera o frena lentamente el progreso social en cualquier sentido, está dado no por un afán de alcance, sino por un esfuerzo de desprestigio o destrucción, ya sea moral o física, de la componente antagónica. A veces es la forma más efectiva, pero creo que siempre es la más perniciosa y me atrevería a decir desleal en relación a la sociedad toda. Este tipo de esfuerzos, además, genera el vicio de la respuesta idéntica antisimétrica: Si se utiliza la fuerza física para sojuzgar, se genera la contrareacción liberadora, produciendo espirales de violencia y destrucción social. Del mismo modo, si se utiliza la descalificación y marginación moral, la fuerza de reacción será de validación alternativa cuyo resultado son las luchas de grupos y clases de la que resultan componentes que tienden siempre a la diametralidad y al freno, hasta el avasallamiento de la fuerza antagónica en procesos siempre violentos. La resultante de estos procesos es menor a la suma de las partes. En este sentido, más que en ningún otro, estimo que siempre es más fructífero un proceso acordado, pacífico, de renuncia negociada, que otro avasallador cuyo resultado es la victoria sobre la fuerza oponente. Dos fuerzas diametrales producen una componente igual a la sustracción de una respecto a la otra, pudiendo llegar al freno total y a la acumulación de potencias en desacuerdo, mientras que otras que presentan componentes comunes, pueden anular diferencias y a la vez producir avances en el sentido de sus acuerdos, por menores que sean.
Lanzando la mirada sobre la gran sociedad global, no es difícil encontrar puntos donde la intolerancia genera procesos diametrales. Casi siempre, estos nacen de un afán centrípeto y egoísta, que mira intereses centrales. Hoy en día es fácil destacar dos. Ambos raciales. Tal vez estos sean los más difíciles de acordar. Para que palestinos y judíos cesaran en su pugna, la geografía en disputa debería estar poblada sólo de judíos o de palestinos. Salvo que ambos lucharan por privilegiar los componentes que los acercan y pueden producir comunidad. En caso contrario, como los palestinos no pueden ser judíos, la única solución sería el avasallamiento que redundaría en la expulsión del grupo más débil, produciéndose así la resultante sustractiva del conflicto. Al otro lado de la bola global, comienza a crecer, como si fuera la maldición de la sociedad angloamericana, la intolerancia racial de los grupos minoritarios o socialmente más débiles. La génesis profunda es la misma que la del conflicto judiopalestino: La intolerancia de las componentes sociales propuestas por la presencia de las comunidades hispanas. La resultante es una fuerza diametral e intolerable: la ley SB-1070. Su sentido centrípeto deja sin alternativa al acuerdo social. La solución que abarque a toda la sociedad requeriría que los hispanos fueran anglos o que fueran anulados. La otra alternativa en ambos conflictos es la pugna violenta y perniciosa para toda la sociedad.
Hay otro ejemplo, que tengo cercano, a partir del bicentenario que se acerca. Nuestra Iglesia ha propuesto, como quien saca castañas con la mano del gato, que se dicte una ley de indulto como parte de los festejos merecidos por los doscientos años de independencia. Propone, que si la sociedad toda cumple dos siglos de libertad, este indulto alcance a todos, sin exclusión, de modo que pueda indultarse, según ciertos parámetros de clemencia no sólo a quienes cometieron delitos comunes, sino también a quienes transgredieron los derechos humanos de las personas, cuando su avanzada edad, o estado de salud precario, y más, lo aconseje. Echa mano, nuestra respetada Iglesia, de su autoridad moral para este consejo al gobierno, con lo que carga las espaldas de este, con graciosa calma. El ministro del interior, acosado por la oposición y por quienes fueron afectados por el avasallamiento de sus derechos esenciales durante la dictadura, creyó y dijo que la Iglesia en ocasiones se metía en cuestiones que escapan de su ámbito. El cardenal fue duro en su respuesta, llegando a declarar que ningún gobierno amedrentaría la acción de la Iglesia, mostrando, por debajo de la sotana, sus denarios con la cara del César y la mano del gato. Es que como quien indulta no puede ser la Iglesia, ni el parlamento, sino el presidente de la república, aparece éste último vestido de improviso, por mano arzobispal, de elegante gato. En fin, el gobierno no puede decir que "No", la iglesia no puede indultar, los políticos se dividen entre los que quisieran favorecer a quienes en el pasado sacaron las castañas por su cuenta y los que se escandalizan con la idea de indultar a quienes cometieron delitos que transgredieron los derechos de las personas y los afectados por aquellos delitos se horrorizan con razón, lo mismo que hacemos muchos otros. La diferencia de este caso, está en que no hay tiempo para que el acuerdo social madure muy lentamente. Siendo así, todas las posturas tiran para lados diferentes y contribuyen sólo a eventuales rompimientos. Quizás también ayude a producir algún avance en algún sentido, muy lento, pero rumbo a un futuro más abierto y promisorio.
Para estos conflictos, para muchos otros y en especial para la mayoría de los grandes conflictos sociales, el gran gestor es el mismo que comenzó a impulsar la gran primera revolución moderna que puede resumirse en la primera frase de esta reflexión: «L'État, c'est moi», que refleja la gran acumulación de poder, que sin importar el régimen, todos los sistemas de convivencia humanos van produciendo en su acuerdo social, muy lentamente.
Kepa Uriberri
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Kepa Uriberri, escritor Chileno.
Colabora con sus textos en el foro Orbispress, Peregrinos y sus Letras, la revista cultural Culturadoor y, amablemente, en nuestro blog de atreyo.

sábado, 28 de agosto de 2010

Concurso Microrrelato

Lectores de Care y el Blog de Crypta

 

CONVOCAN

I Concurso Crypta de Microrrelatos Diabólicos,

 

La recepción de trabajos finalizará a las 06:06 horas del

18 de septiembre de 2010.

 

Para concursar, lea las bases en la siguiente dirección:

http://eblus.blogspot.com/2010/07/lectores-de-care-y-el-blog-de-crypta.html

 

Editamos, publicamos y vendemos tu libro.

Visítanos: http://editorialatreyo.yolasite.com