viernes, 30 de septiembre de 2011

La tilde y su eliminación

"Mis pelos se erizaron y la sangre fluyó directito a mis manos imaginando su cuello. Afortunadamente y después de un trance de histeria, todo se aclaró. Digo, por cosas menos insignificantes a una tilde se han cometido homicidios."

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La tilde y su eliminación

Por Anselmo Bautista



Parece ser caso menor y sin mayores consecuencias el hecho de que la Real Academia Española haya eliminado la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en caso de posible ambigüedad, tal y como aparece en la edición 2010 de la Ortografía de la lengua española.

El hecho es que hace unos días, por accidente miré el Facebook de mi esposa (lo dejó abierto, yo no lo abrí), donde un tal por cual le envió un mensaje diciéndole únicamente:

Estaré solo mañana.

Mis pelos se erizaron y la sangre fluyó directito a mis manos imaginando su cuello. Afortunadamente y después de un trance de histeria, todo se aclaró. Digo, por cosas menos insignificantes a una tilde se han cometido homicidios.

Bien, para la RAE fue cosa banal eliminar la tilde ya que así como a muchos a mi esposa también le gusta tildar o no las palabras que se le antojan.

Sobre esta medida hay escritores, como Antonio Ungar, que defienden el dinamismo lingüístico, y que consideran los últimos cambios ortográficos por la Academia como muy menores, casi insignificantes.
Sí, tan insignificantes que a mi esposa casi le cuesta una serie de espléndidas bofetadas.

¿Por qué la RAE eliminó la tilde?

Parte de su argumentación es:

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.”

Es verdad que las posibles ambigüedades se resuelven casi siempre en la interpretación del contexto (no hay problema, se acepta)
Es verdad que el contexto no siempre aclara las ambigüedades que se producen, pero son cosa rara (no hay problema, se acepta)
Para evitar la ambigüedad como en el caso anterior de Estaré solo mañana en lugar de Estaré sólo mañana, la RAE sugiere incluir otro elemento que evite la confusión, impida el doble sentido o cambiar el orden de las palabras que fuerce una única interpretación.

Permítanme reír a carcajadas y lo hago como esquizofrénico pero es que aún me acuerdo cómo estuve a punto de colgar a mi esposa de un puente por falta de una tilde.

¿Qué sugiere la RAE con el último punto?

Dice: No pongas la tilde pero si no quieres ser mal interpretado debes ampliar la oración de tal forma que no exista ambigüedad ni la posibilidad del doble sentido o equivocada interpretación.

Y yo diría: Carajos, ponle la tilde y déjate de chingaderas que es más rápido y práctico, y tal vez te evites una buena golpiza.

Los escritores nos basamos en las reglas de ortografía que la RAE establece como normatividad en el uso del lenguaje escrito, y ciertamente los cambios dinámicos del lenguaje lo enriquecen, si no fuera así aún estaríamos hablando en latín. Pero hay otros cambios, como es la eliminación de la tilde, que en mi opinión, empobrecen el lenguaje escrito.

Aunque el español, por su estructura, nos facilita las cosas para expresar una idea de muy diversas maneras, en el mundo coloquial y sin tanta exigencia de un texto bien escrito, se cae con suma facilidad en estas ambigüedades por falta de una tilde. Más aún con esta nueva medida, los textos literarios o de más exigencia gramatical, desciende al mundo coloquial.

El hecho de que el lenguaje sea evolutivo no significa que tienda al empobrecimiento ni que se asuma como correctas las faltas ortográficas sólo porque son de uso común entre la población.

Hay de cierto distintas formas y medios de comunicarse pero cada tiene su propio código de entendimiento y sus reglas; pongo como ejemplo: las señales de humo, el telégrafo y mensajes de texto por celulares. Ninguna de las tres requiere de la tilde pero si has de transcribirlas al papel tendrás que hacerlo correctamente para evitar las ambigüedades.

De todo esto se resume que tienes que aprender a escribir correctamente, te guste o no.







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