jueves, 19 de noviembre de 2009

Entendiendo la Alfabetización

 


"Leer quiere decir también otorgarse el derecho de juzgar lo que se lee."

Cornelius Castoriadis





Entendiendo la alfabetización.

Rosana Beatriz Fisichella
Licenciada en Educación y Profesora del Dpto. de Pedagogía de la Universidad J.F. Kennedy
Buenos Aires - Argentina




Para definir la alfabetización o determinar el significado de comprensión lectora, debemos definirlos en términos históricos. Hace doscientos años, tal vez saber firmar era suficiente; cien años después, los rudimentos de la lectura y la escritura alcanzaban para el desempeño  general del común de la gente. Estos tiempos exigen de un ser alfabetizado, procesos más complejos que tienen que ver con:

  • La lectura y escritura de la realidad, no sólo de textos.
  • Soportes más sofisticados (Internet, video, cine, publicidad, marketing, etc.)
  • El establecimiento de relaciones entre los distintos componentes de la realidad.
  • La  magnitud de información que recibe una persona en un año supera a la que el hombre de la antigüedad recibía a lo largo de toda su vida., valorarlos, compararlos, criticarlos, tomar posición ante ellos.
  • La capacidad de relacionar diferente información y que además puede provenir de diferentes lenguajes y soportes.
  • La capacidad de buscar información y relacionar textos que nos permitan profundizar en la bibliografía, sean estos libros o páginas de la Web (lo hipertextual)
Es  casi  inevitable  decir  que  cuando  se  lee  se  comprende,  sino  ¿para  qué  leemos?

Por otra parte, dentro de la escuela, la escritura y la lectura han perdido su valor comunicacional. Se lee para responder al diseño curricular, para tomar oraciones y analizarlas sintácticamente, para extraer ideas principales de textos que, además ya vienen resumidos y sintetizados en muchos casos, tornando muy dificultoso, aún para lectores expertos, categorizar ideas. Si cambiamos la concepción de la lectura, si nos posicionamos desde otro lugar, se irán planteando cambios en varios sentidos. Cambios  a nivel de las estrategias, de los tiempos destinados a la lectura, de espacios físicos, de dinámicas grupales, etc. Pensamos que el material de lectura debe ser un recurso para la solución de problemas escolares y de la vida cotidiana. Lo que se repite en muchas prácticas es que los materiales de lectura se adaptan  a  la escuela (a los contenidos, a los tiempos, a la psicología cognitiva, a la didáctica, etc.) y lentamente hay que ir pensando en estas cuestiones naturalizadas, para modificarlas. Al momento de leer, cualquier texto es válido, obviamente si el contenido lo es.

No se concebía la lectura independientemente de la comprensión. La lectura como decodificación, como comprensión y como actividad placentera es un problema actual. Ahora bien cómo lograrlo a sabiendas de que la necesidad antecedió a la oferta educativa. La escuela está intentando hacer frente a una realidad para la que no se había preparado. Desde este punto de vista, la tarea docente es una apuesta a futuro y aquí pareciera que no logramos alfabetizar para lo ya pasado.

El niño-alumno-usuario-ciudadano actual necesita de otras competencias lectoras.

Otra cuestión no menos importante, tiene que ver con el acceso a la lectura y las posibilidades de inclusión social. Vivimos en un mundo en donde el conocimiento no es sólo capital simbólico, o parte del capital cultural. Es quizás el valor que marca la diferencia, aunque no es garantía, entre estar en una posición socio-económica o no. Entonces la escuela se convierte así en una segunda oportunidad frente a la exclusión. Dice Tomás Eloy Martínez: "mientras el venturoso castellano vierte sobre nosotros océanos de información por procesar y de libros por leer, la globalización engendra a la vez abismos de desigualdad. Allí donde el silencio reemplaza a la lengua, los seres humanos están condenados a ser menos humanos".

Leer y estudiar en los tiempos de la Internet, aún cuando no se disponga de ella en la escuela, implica ayudar a nuestros alumnos a desarrollar estrategias para definir el objeto de una búsqueda, para hacer búsquedas apropiadas y seleccionar y organizar lo buscado y desde allí adoptar posturas críticas ante lo leído.

La alfabetización tiene que ver con ese proceso mediante el cual un sujeto es incorporado al uso de la lengua y se apropia de ella.  El lenguaje crea ideología, crea pensamiento, crea subjetividad, crea cosmovisión y parte de ella. Este proceso era concebido como privativo de la educación escolarizada, y sabemos que no es así. Esa escuela homogeneizadora que trasmite un lenguaje común, que no acepta las diferencias conduce a que la cultura que cada miembro porta no pueda ser incluida, reconocida, legitimada en la escuela, entonces debe ser ocultada. Luego entonces si partimos de la hipótesis de que se aprende desde lo que se sabe, y que cada nuevo aprendizaje no es más que una reconstrucción de los viejos, entonces no tenemos desde dónde anclar lo nuevo que le vamos a enseñar a nuestros alumnos.

Ciertamente tenemos escuelas modernas con maestros modernos y alumnos posmodernos con problemas posmodernos que van a vivir en un mundo diferente al conocido por nosotros. Los maestros hemos aprendido a leer apoyándonos en la memoria y en la lectura global. Pero ocurre que nuestros alumnos no tienen capacidad de evocación porque desde hace aproximadamente veinte años que hacer estudiar una poesía de memoria era algo así como una "herejía didáctica" y  se supone que han aprendido por descubrimiento. Tampoco tienen una visión global porque viven en la cultura del zapping, de la imagen fragmentada. Tal vez tengamos que pensar que la manera de acceder al aprendizaje de la lectura que nos fue útil a nosotros, no lo sea con estos niños y jóvenes. Pero en cambio podemos aprovechar el hecho de que la mirada fragmentaria y el aprendizaje por descubrimiento les  permite identificar palabras clave con rapidez, decodificar las imágenes –actividad en la cual poseen mucho entrenamiento- y inferir procedimientos –pensemos en los jueguitos electrónicos- se convierten en insumos altamente positivos para la lectura. ¿Qué obtendremos si nos apoyamos en esos saberes y abandonamos las estrategias que se sirven de aprendizajes poco construidos, y que nos seducen porque es lo que conocemos?





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